Lo primero de todo: pensaba que se decía «matriuska», llevo toda mi vida pronunciándolo así. Pero no, se escribe y se dice: «matrioska».
Siempre me han gustado las matrioskas. Me parece mágico que haya una muñeca dentro de otra y a su vez dentro de otra y de otra. No recuerdo cuándo ni dónde las vi por primera vez, pero un día le regalé unas matrioskas a mi abuela. Tampoco me acuerdo del viaje en el que las compré, pero cuando ella falleció, las guardé en una caja y todavía las conservo.
Pensaba que las matrioskas, como también se conocen como «muñecas rusas», procedían de Rusia. Aunque no está muy claro su origen, la primera data de 1980 y parece ser que están inspiradas en muñecas hechas en Japón. De hecho, se llamaban «Matrionas», pero para adaptarlas a la cultursa rusa, se les atribuyó el nombre de «Matrioshka».
¿Sabéis otra curiosidad interesante? Estas muñecas simbolizan la fertilidad. La idea de que la madre da a luz a una hija, que a su vez da a luz a otra hija, y así sucesivamente.
Hace unos meses vi un patrón para hacer una muñeca rusa de ganchillo, una matrioska ganchillera. El patrón es de
Ligneretro. Me gustó tanto que le eché el ojo y no he parado hasta hacerla con mis manos. Es la
primera vez que utilizo un mecanismo de música con cuerda para meterlo dentro de un amigurumi. Tenía varias melodías para elegir y al final me quedé con la banda sonora de
Forest Gump.
Poco a poco voy mejorando con el ganchillo. No hago tantos proyectos como me gustaría, pero es algo que siempre tengo en mi mente y en mis manos.
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