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abril 2020

Estoy súper contenta. Hace una semana empecé a sentirme frustrada porque pensaba que no estaba aprovechando el confinamiento. Veía que otros compañeros del trabajo y amigos estaban haciendo muchos cursos y que yo, que soy una curso adicta, sólo estaba dedicando mi tiempo a teletrabajar. Tenía la sensación de que no estaba aprovechando mi tiempo libre, así que diseñé un plan para hacer cursos online y ¡lo he cumplido!

Tenía muchas ganas de hacer una Lalylala. El primer modelo que vi en persona fue el de la mamá canguro con el bebé canguro en su bolsa. Me encantó. Lo vi en Taller 35, el taller de Cielito, con la que estuve aprendiendo ganchillo todos los miércoles a las 19:00 h. durante un año y a la que desde aquí mando todo mi cariño, también a mis compañeras, con las que pasé muy buenos ratos y aprendí muchísimo.

No os lo vais a creer, ni yo misma lo creo. ¡He terminado la oveja de mi #retogurumi y me siento muy orgullosa de ella! ¿Os acordáis de que no me salía el vestido? Bien, lo repetí tres veces, ese punto bobble (punto bob/popcorn) era imposible y creo que el vestido lo tejí del revés, tengo esa sensación. Además, las orejas no me convencían porque se las había cosido tan arriba que parecía una coneja. Por eso yo la llamaba la "Oveja-Coneja".

Esta semana pasada me cambié de escenario. Me tuve que cambiar de casa por motivos personales y salí de la rutina que había conseguido ponerme. Por eso no había vuelto a escribir en el blog, tampoco había logrado ponerme con el ganchillo. Tenía la sensación de que sólo trabajaba y trabajaba, porque eso era lo único que sabía que tenía que salir adelante.